Wasat ~ DreamPlays
«Es hora de que salgamos del DreamPlay, nuestra aventura ya ha acabado» dice una voz en mi cabeza. Observo lo que me rodea: Golybhe, no quiero abandonar este mundo aún. Doy una vuelta en derredor tratando de fijarme en todos los detalles posibles; desde la colina tengo una panorámica de los dos grandes reinos, las Tierras Antiguas se despliegan al Eurus, con los cultivos, las zonas sombrías, los talleres artesanales, las murallas de las grandes ciudades y los canales, al Zephyrus consigo distinguir, difuso por la distancia, el desierto, montañas, bosques y mares de Golybhe. Toda la vista, modulada por las banderas de los reinos y… la estatua.
Sé que no es real, sé que volveré a verlo cuando llegue a la salida, pero necesito despedirme de él. Me subo al pedestal y abrazo su frío cuerpo de piedra, notando una calidez a la altura del pecho.
Ya es la hora. Me dirijo a la salida con decisión, no quiero salir, aunque es mi única oportunidad para volver a verlo. Antes de cruzar el umbral, acaricio el morro de Nuaj y cierro los ojos.
Noto cómo el ruido va apaciguándose a mi alrededor hasta terminar siendo un silencio casi absoluto. Cuando abro los ojos, vuelvo a encontrarme en la sala negra junto con Matthew.
Sonrío y le doy las gracias en silencio. No sé cuánto tiempo hemos estado en Golybhe, pero recuerdo todos los momentos que he pasado junto a él, los cambios de guión que ha preparado y lo que hemos compartido juntos. Le hago saber todo lo que siento antes de salir de la sala y volver a la inquietantemente ruidosa realidad.
«… si desean utilizar los DreamPlays y, para evitar esperas innecesarias, recomendamos reservar su sala con antelación. Recuerden tomar las correspondientes precauciones antes de configurar las salas, la empresa no se hace responsable de los accidentes que puedan ocurrir.
Bienvenido a los DreamPlays, hoy es 25 de Mayo de 3517; soy Diane, directora de la empresa. Desde la inauguración de la empresa hemos ofrecido a los clientes una alternativa en su tiempo libre. Si es la primera vez que nos visita le informamos que solo es necesario configurar con la mente la imagen del sitio al que se desea ir y la sala se transformará en una recreación exacta del sitio. Una vez en la sala pueden volver a configurar las características de su espacio creando una nueva imagen con la mente. Esperemos que disfruten de su estancia y vivan tantas aventuras como sus mentes les permitan. Recordamos a nuestros clientes que si desean utilizar los DreamPlays y, para evitar esperas innecesarias, recomendamos reservar su sala con antelación…», la voz resuena en bucle en mi cabeza.
Trato de aislarme del sonido, pero solo lo conseguiremos cuando salgamos del edificio. Tomo la mano de Matthew y camino junto a él, nos despedimos de la chica de recepción y salimos a la calle. La voz de Diane deja de sonar en mi cabeza, solo escucho el sonido de nuestros pasos, aunque en mi cerebro oigo todo tipo de conversaciones.
Mientras volvemos a casa recuerdo la conversación que tuve con Matthew antes de entrar en la sala; me dijo que íbamos a ir a Golybhe y, cuando le pregunté qué era, me respondió que era un mundo fantástico dentro de una novela que le leía su padre de pequeño. Iba a vivir lo que él imaginaba mientras lo escuchaba. Al preguntarle si el libro acababa bien dijo “Eso nadie lo sabe, nos toca continuar la aventura desde donde lo dejaron.”
—Hasta el personaje más pequeño puede hacer grandes obras —interrumpe Matthew; he debido pensar en voz alta y me ha escuchado.
—No deberías escucharme mientras pienso, todavía no sé controlar mis pensamientos —refunfuño mientras trato de darle una colleja cariñosa.
—Perdona, solo quería que tu recuerdo fuese más vívido —responde guiñándome un ojo.
—Llevo escuchándote casi toda la vida, no creas que se me va a olvidar el sonido de tu voz —vuelvo a cogerle de la mano y seguimos caminando en silencio recordando la historia que acabamos de vivir. Cuando recuerdo al ciervo blanco, pregunto— ¿Era Adia?
—Posiblemente sí, se llamaba Nuaj, pero siempre me lo he imaginado igual que Adia. En nuestra imaginación, un mismo ser puede estar en varios sitios a la vez. Aunque haya gente que lo niegue, en los DreamPlays casi todos los deseos se cumplen…
He reconocido esa frase; gracias a Matthew pude ser Elaia hace una semana, gracias a Matthew he sido Alexandra, gracias a él puedo vivir aventuras inimaginables. Me detengo cuando llegamos al porche de mi pequeña casa, me subo sobre sus pies pisándole y abrazo su cuerpo con fuerza. Noto una calidez a la altura del pecho y sonrío mientras oculto mi rostro en su cuerpo.
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